Anoche soñé que...

Te mato una y otra vez y no te mueres. 

Ahora se lo que es un agujero negro en el corazón. Medí en años-luz la distancia que han creado nuestros miedos.

Y me está entrando frío
y me estoy volviendo mezquina
y voy desapareciendo
a fuerza de no permitir que ocurramos nosotros.

Está claro que el amor es una opción, cuando se decide firmemente no amar. 

El problema no es mentir,
el problema es no saber si lo hiciste o no

Distinguir si la versión editada del comunicado oficial
oculta eficazmente la verdad
de lo no dicho
de lo evidente
de lo no ocultable

El problema es saber o no saber cuál es /era la verdad

Y descubrir que quizá, finalmente, no le mentiste a nadie más que a tí mismo. 

Enfrente y recostado
un libro de palabras

Detrás

Sonidos y metáfora
sonríen con ironía

Pregunté por tí,

indagué por el nombre,

pero sólo me preocupé
del itinerario de nuestro viaje

por mis miedos,
por tu historia,
por mi ausencia,
por tus sueños...

el silencio de la noche,
ayudó a entender


la extinción de las causas 

Flotaba,
alborotando el encanto, seduciendo.
Con fragilidad engañosa
y paso breve,
doblegaba de rodillas a su espíritu, observante,
con sólo una mirada fija, certera y silenciosa.

Delicada, imperturbable.
Millones de estrellas llovían
deshaciéndose a sus pies,
alegres y brillantes, jugando a ser parte de su baile.

Pero esta vez era diferente
Con una sonrisa, un gesto leve,
despertaba frases, remolinos de palabras,
sílabas y melodía.
Ella lo sentía

Su blancura, talle y cabello, todo unido, concentrado y ondulante,
flameaba, luchaba y golpeaba contra las huellas del viento,
todas sus ganas, rabias y dolores.

Como fragmentos de una letanía, murmurada y conocida sólo por sus labios.

Quién más podría?

Nadie más, responde. Sólo tú me guías. 

- Ayer estaba echando bencina, y de pronto miro al lado... y la vi.
- Déjame adivinar, la mina de la historia tuya aquella.
- Exacto.
- Y?
- Yo la vi, pero ella no me vio, estoy seguro.
- Y? qué te pasó con eso?
- No se. Quedé pegado. La vi y no se... fue algo orgánico, fue mi cuerpo el que reaccionó, no yo.
- Ya.
- Estás tranquilito, pensando en la pega, cosas pendientes por hacer, mucha prisa, y de pronto... todo se detiene y bruscamente y en sólo un par de segundos, tu mente vuelve atrás, tu corazón late más fuerte, y...
- Quedaste mal parece...
- Sí, sabis que sí. Pero no por lo que tú crees. No es por ella.
- Yo creo que te dejó mal el constatar el efecto que te provocó verla .
- Sí, tienes toda la razón. Eso es.
- Guau. Déjame disfrutar esta rara ocasión de verte vulnerable.

- Laura Hartwig Carménère Reserva 2004 me acaba de soplar un secreto...
- Cuál?
- Soy como Edward, el de Tim Burton.
- Por qué?
- Porque él finalmente tenía que alejarse de lo que amaba... para evitar que sus manos de tijeras terminaran destrozando lo que más quería abrazar.

Porque cuando se enteró...
Pucha qué lata ya no más yo ni tú ni nosotros, ni día, ni noche, ni recreo, ni salmón, ni siesta, ni TV, ni perros, ni años nuevos ni viejos, ni cumpleaños ni besos, ni abrazos, ni nada de nada nunca más.
Porque nos vamos, yo y tú y nosotros, dispersos a todos lados y a ninguna parte excepto allí, anteayer, hace un mes, o un año, no lo se.
Y estoy feliz, feliz de que no sea cierto.
Porque yo no quiero ni tú tampoco ni nosotros, menos.
Talvez, no obstante, hubo algo que será en el futuro una trampa recordada como ahora.
A solas cada uno llegará a encontrarse con el otro en ese fragmento no resuelto suspendido en un quizá, en algún cielo, no muy lejos.
Allí volveré, volverás, o volveremos, alguna vez, si queremos, o sin querer. Como una nota distante, me despido.
Y tú, aún ahí, preguntando qué pasó.
Fácil, somos dos conjuntos de cosas cuya intersección es vacío.